MARTA AND FINA – Sueños de Libertad 250 (No puedes casarte con Marta, es más inteligente que tú)
En el próximo episodio de Sueños de Libertad, la tensión se dispara cuando Pelayo se enfrenta a su madre, quien cuestiona su relación con Marta. Después de que Marta se va, la madre de Pelayo no tarda en expresar su preocupación, acusando a Marta de “marcar territorio”. Frustrado, Pelayo le pide que deje de fingir, ya que su intención era bastante evidente. A pesar de esto, Pelayo admite que Marta tiene un carácter fuerte, algo que, en el fondo, le atrae. La madre, con una sonrisa irónica, le responde que no esperaba que se casara con una mujer sin personalidad, pero al mismo tiempo, le lanza un comentario mordaz, sugiriendo que, dada su condición, la mujer dispuesta a casarse con él debería ser ingenua o poco destacable.
Pelayo, algo incómodo, intenta calmarla, asegurándole que no está en contra de su matrimonio, pero su madre no deja de ser directa: le sorprende la inteligencia de Marta. Luego, de manera más seria, le pregunta si Marta le ha contado toda la verdad sobre él. Pelayo se pone tenso, y su madre sigue presionando, advirtiéndole que podría estar cometiendo un gran error. Le deja claro que si Marta alguna vez se enterara de lo que realmente ha hecho, o si las cosas entre ellos no funcionaran, ella podría exponerlo.
Pelayo, confiado, le responde que eso no pasará, porque Marta no es así. Sin embargo, su madre, escéptica, no se queda tranquila y le exige una explicación. Pelayo, con seguridad, le dice que este matrimonio no es solo personal, sino también estratégico: beneficiará sus negocios y su carrera política. La madre sigue sin estar convencida, cuestionando cómo puede estar tan seguro de que Marta no se volverá en su contra. Pelayo explica que Marta es tan ambiciosa como él, y que si la traicionara, dañaría tanto su reputación como su futuro, por lo que no tiene motivos para sabotear su acuerdo.
A pesar de esto, su madre le advierte que Marta se sentirá sola en el matrimonio, no solo porque no tendrán hijos, sino también porque en ciertos momentos, le faltará el verdadero afecto que podría encontrar con otra persona. Enfurecido, Pelayo se pone de pie y exige que deje de hacer insinuaciones. Si tiene algo en contra de Marta, que lo diga directamente, en lugar de hablar por rodeos. Su madre, aunque le agrada Marta, sigue confundida, preguntándose por qué una mujer tan inteligente y atractiva se casaría con él, un hombre con tantas limitaciones.
Pelayo le responde que su matrimonio es beneficioso para ambos, y que a Marta no le importa su situación. Le ruega que deje de hacer suposiciones sin fundamento, pero su madre no se calma. En lugar de eso, presiona aún más: si está tan seguro de su relación, ¿por qué se muestra tan alterado? Pelayo, exasperado, le responde que su actitud lo pone nervioso. Su madre, implacable, lanza una última sospecha: tal vez Marta también guarda secretos. ¿Será esta la verdadera razón detrás de su matrimonio?
Pelayo, frustrado, intenta callarla, recordándole que están en la oficina de Marta, pero su madre no cede. Le exige que la mire a los ojos y lo niegue. Finalmente, advierte a Pelayo que este es un juego peligroso. Un solo error, un solo rumor, y sus ambiciones políticas podrían derrumbarse.
Justo en ese momento, Marta regresa, disculpándose por la demora, y sugiere que comiencen el recorrido por la fábrica. Pelayo y su madre rápidamente se recomponen, pero la tensión entre ellos sigue flotando en el aire. La batalla de mentes entre Marta, Pelayo y su madre apenas ha comenzado.